LABO: EL ENEMIGO DE MI ENEMIGO ¿ES MI AMIGO?

La oropéndola de dorso bermejo (Psarocolius angustifrons) es de las oropéndolas más comunes y con el rango de distribución más extenso del Amazonas. La mayoría son de color marrón opaco y tono oliva en la cabeza. Esta especie cuenta con tres subespecies: P. a. Astrocastaneus en la vertiente andina occidental, P. a. alfredi en el bosque subtropical andino oriental y P. a. Angustifrons en la Amazonía, las cuales difieren principalmente en la coloración de sus picos y frentes, y en sus sonidos. Durante la temporada de reproducción, construyen su característico nido en hábitats ribereños y secundarios, las cuales tienen forma de canasta que cuelga de las ramas de los árboles. Estos nidos cerrados mantienen sus huevos y pichones protegidos de los depredadores.

 

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La oropéndola de dorso bermejo (Psarocolius angustifrons). Fotografía: Tom Matia

 

La urraca violácea (Cyanocorax violaceus) es un miembro colorido y sociable de la familia de los cuervos del norte de América del Sur. Esta especie es predominantemente azul violeta oscuro con una máscara facial negra. Se puede encontrar en una variedad de hábitats forestales, especialmente en los corredores ribereños y en los bordes de los bosques. Por lo general son omnívoros y pueden verse alimentándose de frutas, insectos, huevos de aves y reptiles.

 

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La urraca violácea (Cyanocorax violaceus) espantando a los intrusos. Fotografía: Tom Matia

 
Existe un gran contraste entre los cantos de estas especies, algunos piensan que el llamado de la oropéndola de dorso bermejo suena como gotas de agua, mientras que el de la urraca violácea suena como una bocina de automóvil. Ambas especies también tienen similitudes, se encuentran ampliamente distribuidas en el Amazonas y tienen grandes confrontaciones con monos capuchinos marrones.

 

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 Mono capuchin. Fotografía:  Claudia Rohr

 
Los capuchinos marrones (Cebus apella) se alimentan principalmente de frutas e invertebrados, pero de vez en cuando disfrutan de huevos y pichones de aves. Muy a menudo, se puede ver a un grupo de estos monos trepando por los árboles justo afuera de la oficina en Los Amigos, donde las oropéndolas y las urracas están anidando una cerca de otra. Cuando llegan los capuchinos marrones, los adultos de ambas aves primero hacen notar su presencia con sus llamados característicos. Cuando los monos se acercan a los nidos, las oropéndolas y las urracas intentan ahuyentarlos. Estos encuentros pueden terminar con los monos yéndose con las manos vacías o con nidos rotos y huevos perdidos. El capuchino marrón (Cebus apella) puede parecer adorable, pero es un depredador feroz.

 

La sorprendente cooperación entre estas especies de aves es de corta duración, ya que la urraca tratará de robar huevos y pichones de otros nidos de aves, incluidos los nidos de la oropéndola que defendieron. Para las oropéndolas y las urracas violáceas, la expresión «el enemigo de mi enemigo es mi amigo» solo aplica cuando el enemigo común es visible.

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