Restauración de Bofedales en la Comunidad Campesina Japu

Una Estrategia de Adaptación al Cambio Climático en los Andes Peruanos

La comunidad campesina de Japu es una de las cinco comunidades de la Nación Q´ero, considerada como el último bastión inca. Tiene 3 sectores: Yanaruma a 4200 msnm, Qochamarca y Japu Raqch´i a 3800 msnm. En cada uno de ellos se ha realizado la identificación y evaluación de bofedales para su restauración. 

Evaluando la flora del bofedal.

Nuestro trabajo comenzó entre el 2016 y 2017 con una primera fase de estudios, mediante la cual logramos obtener una línea de base biológica sobre sus bofedales, la cual nos sirvió para elaborar un plan de manejo que nos permita mejorar su situación. Para eso, investigamos a la comunidad a través de evaluaciones socioeconómicas, y a los bofedales con evaluaciones agrostológicas, hidroquímicas y de ecología vegetal.

Contando las campañas del 2019 y 2021, tenemos un área total de 13 hectáreas revegetadas en proceso de restauración. Nuestra meta ahora es recuperar 6 bofedales en toda la comunidad, por eso venimos fomentando su apreciación y valor entre los habitantes de Japu, para que estén felices de tenerlos y se comprometan a cuidarlos.

Pasantes de la plataforma de glaciología en el campo.

Aquí los comuneros se dedican a la ganadería altoandina, crianza de llamas y alpacas. Generalmente, las llamas pastan en los cerros y laderas, son animales poco exigentes y se adaptan a los cambios climáticos. Las alpacas, en cambio, son más recientes en Japu, pues llegaron hace poco más de 50 años. Para vivir requieren de pastos frescos de los bofedales, pero no son las únicas interesadas en esta área, también están las vicuñas silvestres y huallatas (ganso andino). Ese es uno de los principales problemas que tenemos, la sobrecarga animal, porque provoca el sobrepastoreo y va degradando poco a poco los bofedales. Felizmente, al realizar la restauración estamos asegurando el recurso del pasto para la adecuada alimentación de las alpacas, sobre todo en época seca. Si hay buenos pastos, las alpacas darán mejores crías, producirán carne y fibra de calidad, incrementando la economía de las familias. 

Vicuñas pastando en la parte alta de Japu.

Por otro lado, los responsables del monitoreo y recuperación de bofedales son las autoridades comunales de cada sector, al igual que los comuneros, pues para ellos resulta fácil observar el prendimiento y el crecimiento de las especies en las parcelas excluidas. De ese modo, luego de sacar conclusiones podrán replicar la actividad. Todas esas acciones a realizar, durante la ejecución de este proyecto, se coordinan en las Asambleas Comunales, las cuales contemplan la plena participación de la comunidad. Así hemos logrado avanzar con el Plan de Manejo de las actividades priorizadas por la misma Comunidad para las Fases II y III, las cuales incluyeron:

  • – Fortalecimiento de la organización comunal
  • – Valoración y práctica de sus conocimientos tradicionales
  • – Recuperación de los oqhos con revegetación de especies nativas
  • (como Distichia muscoides “kunkuna”)
  • – Apertura de canales de redistribución de agua
  • – Construcción de pequeños diques de piedra para disminuir la velocidad del agua
  • – Cercos de clausura para recuperar los oqhos que están degradados
  • – Campañas de sanidad animal: Taller de capacitación y campañas de dosificación
  • – Pasantías a los bofedales de Japu con integrantes de la Plataforma de Glaciología Cusco
  • – Pasantías con los Comuneros a nivel regional
  • – Selección y reconocimiento de alpacas de calidad.

También se ha procedido con la apertura de canales de redistribución del agua y construcción de diques para disminuir su velocidad, de modo que pueda ayudar a una mejor distribución en el bofedal. En total, son 13 bofedales identificados para restauración, de los cuales 6 consideramos prioritarios para restaurarlos entre la Fase II y la Fase III.

Pastos que llegan a medir hasta 50 cm en asociación con la Kunkuna.

Necesitaban ver para aprender

Después de un año y medio de la intervención de cercado y revegetación, los resultados se hacen visibles y palpables para alegría y desarrollo de la Comunidad Japu. Eso hace que sus habitantes quieran replicar en otros bofedales que necesiten restauración, por eso solicitan que se continúe con esta actividad. Según el Agrostólogo (especialista en estudio de pastos), en octubre de este año ya se podrá pastar las alpacas y continuar con la recuperación gradual hasta llegar al nivel óptimo. Mientras tanto, los comuneros aguardan el momento para que las alpacas puedan volver a pastar en estos bofedales restaurados y continuar con el manejo. 

Comuneros trabajando en la recuperación de un bofedal.

A su vez, por efectos del cambio climático los nevados están sufriendo deglaciación, como el nevado y Apu Mama Rosa, quien hace 70 años estaba toda cubierta de nieve y ahora solo le queda una muestra, por eso los bofedales también son preciados como reservorios de agua y de carbono, que se almacena en forma de turba por encima de los 4000 metros, en las alturas de los Andes. En definitiva, estamos frente a ecosistemas que resultan primordiales para la adaptación y supervivencia del hombre andino.

Agradecemos a Acción Andina, New England Biolabs Foundation y U. S. Fish & Wildlife Service por apoyarnos con el financiamiento de nuestros proyectos de conservación en la Comunidad Japu.

Conoce más de nuestro trabajo en este video

Laguna natural en las alturas de Japu.

Fotografías: Marlene Mamami (Coordinadora de Campo / Sede Cusco)

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